miércoles, 23 de febrero de 2011

Miedo Escénico

                        Prof. Raúl Strnad
                                  Entrenador de Natación Club Gimnasia y Esgrima
                         Santa Fe Argentina


Si desconoces a tu enemigo y no te conoces,
en cada batalla correrás serio peligro.
Si conoces al enemigo y no te conoces a ti mismo,
tus posibilidades de victoria son iguales a tus posibilidades de derrota.
Conoce a tu enemigo y a ti mismo, así,
en cien batallas jamás correrás el menor peligro.
Sun Tzu "El arte de la guerra".

Estamos ante un concepto que muchas veces nos lleva a malas interpretaciones del complejo desarrollo del entrenamiento y posterior competición de un deportista, en este caso en la natación.
Es mi idea poder encontrar algunas explicaciones del porque de ciertas conductas no deseadas, acompañado por cierta bibliografía internacional que nos adentre en este problema, para algunos deportistas, sin solución, y quizás motivo indispensable del fracaso y posterior deserción del deporte.
Lamentablemente en la mayoría de las situaciones, estas exceden el marco de conocimiento del entrenador, es por ello que nos apoyamos en aquellas personas, profesionales ellos/as del manejo, conducción y mejoramiento en las prestaciones.

Miedo Escénico se presenta en un sinnúmero de situaciones conductuales, tanto para mover nuestros músculos como para cualquier acción ya sea en un escenario, frente a una mesa examinadora, etc., etc.
Quizás debiéramos examinar un poco más nuestros programas de entrenamiento, y no está demás decir de los dos componentes esenciales que incluye este, el trabajo muscular y el psicológico.
Siempre hacemos considerar a nuestros deportista que su rival está en el carril de al lado, siempre le hacemos considerar que su rival es el cronómetro, pero pocas veces le hacemos notar que “su mayor rival esta en su interior”.

Para el Lic. Gustavo Maure:
Intentaremos describir un fenómeno paralelo al miedo escénico al que le daremos el nombre de angustia escénica. En general la angustia, como afecto central en el ser humano, es efecto de un conflicto inconsciente desencadenado por un estímulo exterior, en este caso el momento decisivo de la competencia. El miedo se diferencia de la angustia en que en el primero existe un peligro objetivo, un objeto real para el temor, una amenaza lógica a la integridad del yo. El ejemplo sería el ejercicio de los deportes extremos cuya práctica implica un riesgo objetivo y real para el actor de la escena. La angustia neurótica prescinde de los peligros exteriores o reales. La angustia escénica pertenece a este orden ya que no existe peligro real sino que es solo imaginario, pero puede tener la misma capacidad de paralización, parcial o total, que el miedo o la angustia realista. Uno sabe que en el fútbol siempre son once contra once y que la hinchada no toca la pelota, sin embargo jugar en la Bombonera, con su conocida proximidad entre las tribunas y el campo de juego, suele suponer para el jugador visitante una suerte de temor que no se sustenta en la existencia objetiva de lo temido. Para más información de este tema recurra a http://www.elrivalinterior.com/, psicología deportiva del Lic. Gustavo Maure.

En lo que a nosotros compete, ¿Quién no ha tenido como entrenador casos de pobres desempeños en las competencias de sus dirigidos después de un muy buen desarrollo de los entrenamientos previos?.
El desempeño final post entrenamiento, la competencia, es un caso a considerar luego de la misma.
Siempre evaluamos:
  1. porqué un nadador no cumplió con lo previsto.
  2. Porqué siendo buena la actuación no pudo ser mejor, o en el peor de los casos,
  3. Porqué fue tan desastrosa la actuación.

Veamos desde un punto simple, la característica de este deporte de la natación.
  1. Es un deporte de características individuales, donde toda la acción en el momento de la explosión agonística queda circunscripta al “Yo”. Nadie en ese momento me puede asistir y todo depende de una serie de circunstancias totalmente conexas entre sí. Diría un ex boxeador argentino “… en el momento de la campana, estás tan solo que ni en banco para sentarte te dejan”.
  2. No tiene este deporte el apoyo incondicional de otros elementos en juego como sucede con los deportes de conjunto, donde de alguna manera deslindo responsabilidades tanto en los aspectos estratégicos de conjunto, como de las cargas psicológicas ante el adversario.

Pero debemos destacar que en los deportes de conjunto también se da este aspecto negativo, en mayor o menor medida.
Nota:
Deseo dejar aclarado que nunca estuve al frente de un equipo de conjunto.
Miedo escénico (1986) Argentinismo. Expresión de Gabriel García Márquez que popularizó en España Jorge Valdano para definir el temor del jugador al saltar al estadio Santiago Bernabeu ante la incertidumbre del resultado de su posible actuación. Apareció por vez primera con este significado en un artículo del futbolista argentino publicado en La Revista de Occidente.
Su creador original el escritor Márquez, que la utilizaba para describir el pánico que sentía cuando se veía obligado a hablar en público. Claro, el escritor puede realizar su obra en la más completa soledad, cambiar las palabras que no lo conforman y presentar su obra cuando la considere bien terminada. Para el deportista (futbolista) esto es imposible, está condenado a actuar en público y además puede ser filmado y repetido, no hay modo de borrar el error.
Los miedos de los futbolistas
Al decir de Jorge Valdano, el fútbol empieza en la cabeza y termina en los pies. ¿Qué hace el futbolista con los pensamientos negativos y miedos que se le cruzan por la cabeza, antes o durante el partido? ¿Qué mecanismo aplica para que no interfieran en el buen desenvolvimiento de sus pies? ¿Cómo los controla?
Es el mismo Jorge Valdano, ex - jugador, campeón del mundo con Argentina en México 86, y actualmente técnico, periodista, líder empresarial y "filósofo",quien acuñó una frase que a los periodistas argentinos especializados, les encanta repetir: el miedo escénico.
Sabemos que hay tres sentimientos primitivos en el ser humano: el amor, la ira y el miedo. Las máquinas no sienten miedo ni presión: aún recuerdo las declaraciones de GARRY KASPAROV cuando enfrentó a la computadora Deep Blue: "ella no siente presión". El miedo es un sentimiento legítimo de todo ser humano, y muchas veces el secreto -o la estrategia- no es aniquilarlo, sino controlarlo, dominarlo, para que no moleste, que no entorpezca, que no dificulte la acción eficaz.

 Veamos la literatura internacional que nos dice al respecto:

Teoría de Yagosesky

Renny Yagosesky, escritor y Orientador de la Conducta, define al Miedo Escénico como una respuesta psicofísica de temor e inhibición, que surge ante la anticipación mental o en la situación real de hablar en público, que tiene como características más frecuentes preocupación, ansiedad, tensión corporal, tendencia a la ineficacia expresiva, y otras formas de alteración de la normalidad en las áreas cognitiva, fisiológica y conductual.
·               Nivel fisiológico:
o              Respiración acelerada
o              Sudoración copiosa
o              Urgencia urinaria
o              Malestar estomacal
o              Dolor de cabeza
o              Reducción de la secreción salivar
o              Dilatación de las pupilas
o              Rubor facial
o              Sensación de "trac" o cierre de la laringe
o              Escalofríos
o              Náuseas
o              Inquietud generalizada
·               Nivel cognitivo:
o              Congestión mental
o              Fallas de memoria
o              Expectativa de fracaso
o              Hiperatención autocentrada
o              Exageración perceptiva de las fallas
o              Confusión mental
o              Fallas de concentración
o              Autoexigencia
o              Temores al fracaso, al rechazo y al ridículo.
·               Nivel conductual:
o              Evitación de acción
o              Escape de la situación
o              Comportamientos automáticos
o              Farfulleo o atropellamiento verbal
o              Tartamudeo
o              Bajo volumen de voz
o              Uso de drogas calmantes o estimulantes
o              Silencios frecuentes o largos.

Yagosesky aclara que existen frecuentes confusiones en la terminología relativa a miedo y temor, y los distingue, al señalar que el miedo es referido a una respuesta compleja de causa biológica que suele surgir frente a la presencia real y verificable de un agente percibido como aversivo, mientras que el temor sería una respuesta detonada por anticipaciones mentales o cognitivas de eventos que no han acaecido. Con base en esto, el autor insiste en que a pesar de que se utiliza la categoría compuesta "Miedo Escénico" y se incluye el término "Miedo", en realidad hablar de "Miedo Escénico" implica realmente hablar de temor, de ansiedad, pues las respuestas emitidas por los oradores, tienden a manifestarse antes de hablar en público, y durante, aunque se encuentren frente a grupos que no muestran en forma alguna predisposición o rechazo. Esto, sería revelador del componente intrapersonal que induce o influye en la experiencia de incomodidad.
Lic. Renny Yagosesky (Comunicador Social), nos comenta que:
Hay cuando menos cinco elementos principales que tienden a exacerbar el miedo escénico:
-    La novedad (enfrentarse a lo que no conocemos).
- La sorpresa (enfrentarse a algo que no esperábamos tener que enfrentar)
-  La intensidad (el grado de importancia que el reto tenga para nosotros)
- El desconocimiento (el grado de ignorancia temática del orador).
- La inexperiencia (la falta de práctica y de vivencias en este aspecto).

Sin lugar a dudas estos aspectos circunscriptos a una situación específica como la que se detalla, la de un orador frente al público, no deja de admirarnos la similitud que se presenta con enfrentar una escena deportiva 
También este especialista nos comenta:
Según José Carlos Jaenes, especialista en psicología deportiva del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla, aunque siempre se utiliza el término ansiedad con connotaciones negativas, determinadas cantidades y tipos de ansiedad influyen positivamente en el rendimiento deportivo. "Por definición, la ansiedad es una forma de reaccionar ante una situación difícil, como puede ser el deporte de competición, que conlleva un cambio emocional".
Ante la participación en una prueba importante, la ansiedad puede manifestarse de dos formas distintas en el deportista. Por un lado está la ansiedad somática, que desencadena síntomas fisiológicos, como una mayor sudación o molestias estomacales. Al contrario de lo que puede parecer, un trabajo realizado por Jaenes con corredores de maratón demuestra que la ansiedad manifestada en signos físicos no interfiere en el rendimiento del deportista.                                           
La otra forma en que se presenta la ansiedad en los deportistas sería el nivel de implicación o ansiedad cognitiva, que se sitúa únicamente en un plano mental. "Un nivel medio o alto de ansiedad cognitiva es positivo, pues indica que el deportista está implicado con la tarea que va a realizar y presta la atención necesaria para que todo salga bien", apunta el experto.
El problema aparece cuando se superan ciertos límites. Entonces el atleta manifiesta una preocupación excesiva por la actividad que va a llevar a cabo y empieza a sentir que no es capaz de enfrentarse a la competición con el nivel que requiere y a pensar obsesivamente en la derrota. "Niveles bajos de implicación tampoco son positivos, ya que indican que el deportista está desinhibido y le da un poco igual la competición, lo cual no le permite rendir bien"
Estos casos en los que la ansiedad interfiere negativamente en el rendimiento del deportista requieren el apoyo del psicólogo del deporte. Pero su labor no se limita únicamente a acudir en ayuda de atletas con problemas. En opinión de Jaenes, que ha trabajado con tenistas, remeros, futbolistas y atletas, "el campo de la psicología del deporte es muy amplio. Aunque atendemos puntualmente a deportistas con problemas de tipo psicológico también, trabajamos con el resto del equipo para mejorar el rendimiento, enseñándoles una serie de destrezas que les van a ser de utilidad durante la competición y fortaleciendo determinadas cualidades psicológicas".
En cualquier caso, el psicólogo personaliza su trabajo en función de las características individuales de cada deportista. "Si tiene capacidad de liderazgo, debe potenciarse esa cualidad. Sin embargo, si el jugador tiene poca capacidad comunicativa no debe desaprovecharse el tiempo intentando hacer que se convierta en el comunicador del equipo".
Mientras que en deportes como el tenis, el golf, la gimnasia rítmica o el remo los psicólogos llevan bastante años trabajando en las federaciones, en el fútbol aún queda mucho camino por recorrer. Algunos clubes de primera división ya empiezan a incluir al psicólogo en su cuadro técnico, como el Sevilla C.F, el Athletic de Bilbao o el Real Madrid. En opinión de José Carlos Jaenes, el psicólogo empezará a introducirse a partir de categorías inferiores, donde es más importante su trabajo.
"Cuando una persona ha llegado a la elite ya ha demostrado que tiene una serie de destrezas y posibilidades para triunfar. Sin embargo es importante que los jóvenes se vayan familiarizando con el trabajo del psicólogo del deporte, que no vean su presencia como algo negativo sino como la de alguien que les ayuda a enfrentarse bien a su trabajo", concluye.
Lesiones psicológicas
El factor psicológico también influye en la incidencia de lesiones. A veces simplemente en lesiones de choque, el jugador en estado de ansiedad excesiva suelta la pierna a destiempo o no controla bien el ritmo al que debe moverse. A su vez, es muy importante el apoyo psicológico durante la recuperación. Hay que trabajar para que no aceleren su vuelta al trabajo, ya que un movimiento en falso puede retardar la curación. Además es importante medir hasta qué punto el deportista evita hacer ciertos movimientos por miedo a que el daño pueda repetirse. Aunque la lesión remita, sigue quedando una "huella psicológica, más difícil de borrar", dice Jaenes.
Quizás tendríamos que ver cual es nuestro rol como entrenadores dentro de este problema que desvela a más de uno.
Siempre habrá un miedo escénico, es inevitable, todo dependerá del grado de este.
Hay quienes pueden manejar de manera natural y se alimentan del mismo para generar mayor caudal de adrenalina al momento de la competencia, no antes.
Hay quienes no lo pueden manejar y este escenario es parte de su futuro incierto a la hora de competir.
Hay quienes los desborda y el exceso de adrenalina en sangre provoca un deterioro en su performance (puede generarse días previos a la competencia).
También el entrenador sufre este momento de éxtasis precompetitivo, elevando su presión arterial, su temperatura corporal, su pulso tanto basal como el diario y tampoco puede controlarlo.
Ahora bien, estamos en un caso terminal?, sin lugar a dudas que si desconocemos el tema tendremos más de una frustración, pero si estamos en conocimiento del mismo, es posible que el mal no sea mayor.
Control mental, asistencia psicológica por expertos del deporte, mayor número de competencias tanto importantes como no tales previamente, mayor experiencia competitiva, mayor conocimiento por parte del nadador de este estado de situación que deberá soportar, son las armas que sin lugar a dudas podrán usarse ante este flagelo que deteriora la actuación/prestación a la hora de asumirla.    

Fuentes consultadas:
http://www.wipidedia.org.es/   “miedo escénico”, enciclopedia libre.
http://www.guitarraonline.com.ar/  como vencer el miedo escénico”.
http://www.laexcelencia.com/ Lic. Renny Yagosesky “miedo escénico”
http://www.elrivalinterior.com/  “La angustia escénica”, Psicología deportiva de Lic. Gustavo Maure


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