domingo, 7 de noviembre de 2010

Conrado Porta, un nadador de todas las épocas.

Artículo escrito en 2003.

A solicitud de mi gran amigo Jorge Aguado, y para completar un poco la historia de este gran nadador de la década del 70 y quizás de todas (incluida la presente), voy a intentar recordar algunas cosas que lo hicieron uno de los mejores de todas las épocas.
Lo conocí allá por 1971 cuando me hice cargo del equipo de Gimnasia y Esgrima de Santa Fe. Era su segundo año de juvenil A y militaba en pruebas de 100 metros estilo libre.
Junto a Rubén Alvaro (hoy un importante investigador en neonatología en Alberta – Canadá), completaban un grupo de 8 juveniles A que poseía el equipo, y que mezclados a sorteo, sorprendían con el 1 - 2 en las pruebas de relevos en los campeonatos de la República.
Eran lo que podríamos llamar en esa época los "8 magníficos". Conrado era quizás uno más de ese grupo con una pequeña diferencia sobre el resto, pero sin vislumbrarse un futuro exitoso como en el que transitó.
A los 14 años recordamos las grandes batallas con uno de los mejores nadadores de esa década en la categoría, Gabriel Zalba, de la ciudad de Rosario (múltiple campeón Sudamericano), pero que no trascendió en categorías superiores como mucho de los nadadores argentinos que sucumben por procesos que ya son archiconocidos.
Conrado con sus 58 segundos en estilo libre, era un nadador limitado (en distancia y tiempo), por lo que en esa época decidí incorporar el estilo espalda como otra alternativa.
Su longitud de brazos, altura importante para la edad (quizás 1.80 mtrs.), para sus 14 años, eran datos importantes como para ignorarlos.
En esa época existía un gran nadador Eduardo Iannarella como el espaldista a batir (mayor que él), y eso nos propusimos.
No pasó mucho tiempo para que Conrado lo lograra y quedara a la edad de 14 o 15 años como el mejor nadador de espalda del país.
Como en alguna oportunidad he comentado, mi instrucción (propio de la época de falta de información), se hacía un poco a empujones, por lo que era importante tanto para él como para mí poder encontrar algunas vertientes informativas que nos dieran la posibilidad de mejorar y crecer.
Era una época que el estilo espalda (aquí en Argentina), se nadaba plano (flat), sin rolido sobre el eje longitudinal, y esa era la forma que presentaba el estilo.
A fines de sus quince años, abandona la práctica activa de la natación y se dedica a jugar polo acuático (muy posiblemente por cansancio psíquico ya que nadaba desde los 7 años, y por un crecimiento acelerado en su adolescencia que lo hizo alejar de sus mejores marcas obtenidas meses atrás).
Es ese el momento que empiezo a tomar conocimiento que los cambios morfológicos, y por sobre todo muy acelerados, van contra del normal desarrollo del nadador.
"…Cuando intento agarrar el agua siento que estoy descolocado, mis brazos solo pasan sin poder afirmarme; siento que cada día nado peor; los brazos se me descontrolan en la entrada, etc…",eran quizás algunas de sus apreciaciones y como consecuencia de que el sentimiento al tacto que tenía al agua un día, cambiaba constantemente con el transcurrir de los mismos y de los meses.
Recuerdo que fueron aproximadamente unos seis meses de un crecimiento que lo llevarían casi al metro noventa centímetros.
Fue el momento de su abandono y su ingreso al equipo de polo acuático.
Después de un tiempo y a la llegada de un importante evento de natación zonal, le solicité participara como el espaldista de la posta de primera categoría, la cual accedió gustosamente.
¡Oh!, gran sorpresa, sacó su mejor marca de todos los tiempos 1.02.00 (sin entrenar), y de ahí en más volvió a trabajar con el equipo.
Año 1975 es designado a integrar el equipo nacional que concurrió al Campeonato Mundial de Cali – Colombia, lo que pudimos ver en acción a los mejores del mundo en la especialidad, y por sobre todo vivenciar directamente cosas muy interesantes desde el punto de vista técnico como del entrenamiento.
Ahí tomamos referencias de la forma de nadar (alta excelencia en los nadadores húngaros como Zoltan Verrazto, Andreas Hargitay, y otros de su mismo equipo). Era realmente gratificante verlos nadar y desplazarse en el agua, y por sobre todo haber visto una serie de entrenamiento de 10 X 100 batido espalda a un promedio de 1.06 saliendo cada 1.45" en piscina larga.
Que locura que era todo eso, y pensar que Conrado cronometraba 1.02.00 en nado completo.
Quizás haya sido ese el momento que tomamos conciencia sobre la importancia del acondicionamiento de las piernas, a los efectos de la mejora de la performance.
Entre los años 1975 y 1978 intentamos poder obtener el mayor de los réditos a los fines de poder tener alguna posibilidad de alcanzar una beca en alguna universidad de los Estados Unidos. Ese pensamiento solo estaba en mi mente, ya que por esa época consideraba que era imposible desarrollar un nadador con pretensiones en este país.
A veces recuerdo la fuerza y las ganas que le poníamos a los entrenamientos (tres turnos de agua y uno de preparación física por día en verano).
Así fue creciendo Conrado, tanto como nadador como persona, empezó a entender sobre la importancia del duro entrenamiento.
Por los años 1977 tuvo la posibilidad de ir a entrenar unos meses a la Sociedad Hebraica San Pablo junto a Oscar Suárez y Richard Power.
Según sus propias palabras, cuando llegó al equipo brasileño tuvo que entrenar con el equipo de mujeres en el momento de llegar la rutina de piernas, ya que no tenía el nivel adecuado para trabajar con los varones.
Creo que ese es el punto de inflexión de su maduración como nadador, ya que cuando retornó a Santa Fe le dio mucha importancia a todos los trabajos de piernas en los entrenamientos. Recuerdo series de 6 X 200 piernas cada 3.30" junto a una nadadora de pecho Silvina Theuler, a 2.50" que para ese momento era extraordinario para nosotros (piscina corta).
Así fue creciendo Conrado en sus marcas, con una infraestructura lastimosa pero con una fuerza de voluntad increíble e indeclinable.
Siempre recuerdo a Pedro Giordano cuando me comentaba que había estado en los Estados Unidos y fue a observar el equipo más poderoso en esos momentos (década del 60), en manos de George Haines, Phillips 66. "…Yo creí que lo iba a encontrar en una piscina de la Universidad y con toda la infraestructura a su disposición. Solo lo pude ver en una piscina municipal rodeada por alambrado de 25 yardas al aire libre, agua turbia, 18 nadadores de los cuales habían 7 recordman mundiales, unas barras para hacer pesas, y unos exer gym (aparatitos para trabajar los brazos)…"
Sin lugar a dudas, hay todo un mensaje detrás de esto y que cada uno intentará de descifrar.
Creo que la filosofía del entrenador, y la capacidad de transmitir conocimientos y mensajes, es una de las llaves del éxito, sino, veamos como en la historia de la natación numerosos buenos nadadores que se han entrenado en muy buenas infraestructuras no alcanzaron los objetivos propuestos.
De alguna manera, Conrado estuvo en este orden, no poseíamos natatorio cubierto, concurríamos a otro alquilado a horarios horribles, no teníamos gimnasio, lo cual lo improvisábamos con una barra hueca y dos tarros de cemento en los extremos.
Teníamos dos clases de pesas, unas pesadas y otras con tarros de un litro llenos de cemento, donde buscábamos series de gran cantidad de repeticiones.
También, y teniendo en cuenta haber observado algún equipo isokinético, improvisamos un travesaño colocado en dos parantes de cestoball. De ese travesaño pendía una goma extensible (la goma de caucho tan conocida), arrodillado y tomándola con una mano ejercitaba la brazada de espalda en un recorrido que iba de arriba hacia abajo.
También acostado con dos gomas extensibles, y con los codos apoyados en el suelo, realizaba la ación de volteo (segunda parte de la ese acuática).
Otras de las "genialidades" que se nos ocurrían, eran atarlo de los pies con una soga fija en el natatorio y hacerlo nadar series de tiempos sin avanzar.
Creo que una de sus grandes fortalezas eran las series de solo brazo en estilo espalda, donde podía realizar buenas performances con nadadores que nadaban estilo crol.
No era de la idea de los entrenamientos en varios estilos, dado que su estilo pecho estaba para el olvido, pero sí su importante acondicionamiento aeróbico lo llevó a obtener buenas marcas en todas las distancias de piscina corta, a tal punto de tener récords nacionales en varias distancias y categorías.
Creo que una de sus grandes fortalezas eran las psicológicas, sobre todo cuando entre 1976 y 1978, estuvo dos años sin competir internacionalmente. Considero que, el mejor de ese momento, sorteó esa difícil situación de la falta de programación que la natación argentina le había propuesto a él y al resto de los nadadores.
No dejaré de reconocer que Conrado Porta poseía un talento especial, sobre todo la gran capacidad de tolerancia al sacrificio.
Así fue pasando el tiempo hasta llegar al campeonato Sudamericano de Guayaquil – Ecuador en 1978, donde se coronó triple campeón (100 – 200 espalda y 100 estilo libre), y estar dentro de los 10 top en el ranking mundial según FINA.
Sudamericano de Guayaquil 1978 - Nunca voy a olvidar el saludo y felicitación a Conrado, del doble campeón Olímpico en las Olimpíadas de Montreal John Naber al salir del natatorio en los 200 metros estilo espalda (2.04.65 y con el viejo giro de toque con la mano), pasando en 1.02.00 y volviendo en 1.02.65. Fue una carrera estupenda ganándole al brasileño Rómulo Arantes Jrs., que venía de entrenar con James Counsilman en la Universidad de Indiana.
Ahí nació la posibilidad de la beca, no menos de 5 Universidades con sus agentes de reclutamiento de talentos hicieron sus ofrecimientos, o cual originó su ida a la Southern Illinois.
1978 fue su gran año, triple campeón sudamericano y doble finalista (100 y 200 estilo espalda en el Mundial de larga en Berlín ).
Para finalizar, puedo decir que por mis manos han pasado quizás nadadores con mayor talento físico, pero solo dos con una capacidad mental superior Conrado Porta y Alicia Boscatto.
Mentalidad que define por sobre cualquier dote física, mentalidad que llevaron a Conrado a ser uno de los más grandes a mi entender de la natación Argentina. Es una lástima que no pude tenerlo más tiempo, ya que cuando se fue a los Estados Unidos tenía 19 años.
2.04.65 en 200 metros espalda, entrenando 9 meses en piscina corta (piscina alquilada), y tres meses en larga, no se usaba el batido delfín tanto para las salidas como para después de los giros, se debía tocar con la mano para los giros, hace 22 años.
Era el momento óptimo para sacarle más, pero habíamos trabajado para aquello, USA era ya una realidad.

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